jueves, 7 de febrero de 2008

Unción de enfermos

El lunes 11 de Febrero, en la misa de las 6 de la tarde, habrá unción de enfermos para todas las personas que lo necesiten. Pueden avisar en la parroquia para que los jóvenes del voluntariado les acompañen si necesitan ayuda para asistir.



Es un sacramento que se debe recibir cuando hay peligro de muerte por una enfermedad o cuando hay gran debilidad debido a la ancianidad. No se debe esperar al momento de la muerte para recibirlo, por eso la Iglesia en vez de llamarlo "Extrema Unción" lo califica con el nombre más exacto, "Unción de los enfermos", que expresa la necesidad de recibirlo desde el comienzo de la enfermedad.



Dice así el Concilio Vaticano II:
La unción de los enfermos "no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez" (SC 73; cf CIC, can. 1004,1; 1005; 1007; CCEO, can. 738). (CEC 1514)



Leemos en la carta del apóstol Santiago: "¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometidos pecados, le serán perdonados" (St 5,14-15).



Y la fórmula del sacramento dice así:
"Por esta santa unción y por su bondadosa miseridordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que libre de tus pecados te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén."



La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos:
— la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia;
— el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez;
— el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia;
— el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual;
— la preparación para el paso a la vida eterna.
(CEC 1532)


La Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia lo expresa así:
" [...] ¡Yo tengo fe…! Por lo que, cuando mi cuerpo enfermo apercibe que las fuerzas se le acaban y que próximamente puede sobrevenirle la muerte, marchando por las fronteras de la eternidad a los portones suntuosos de la gloria para introducirme en la vida eterna; mi cuerpo jadeante, duramente dolorido, y mi espíritu lleno de gozo en el Espíritu Santo que me repleta de esperanza, recurre al Sacramento de la santa Unción, que tantas veces he recibido en mi vida, siempre quebrantada y llena de enfermedades; las cuales me ponen en situaciones tan dramáticas, entre el cielo y la tierra, entre la vida y la muerte. Y una vez recibido, este celestial Sacramento me impulsa, en mi búsqueda incansable de sólo Dios, hacia la vida eterna; preparándome por si llega el encuentro definitivo con el Esposo de mi alma; colmando las esperanzas de mi vida en mi marcha veloz, que me hace correr presurosa, como en vuelo, hacia la Casa del Padre, consiguiendo la meta de mi vida consagrada a Dios, siempre jadeante, esperando el momento definitivo de ser introducida en las mansiones magníficas y suntuosas de la eternidad «para siempre»; donde el Esposo divino me espera para introducirme en el festín infinito de las Bodas eternas de Cristo con su Iglesia. [...]"

Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia
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